Hoy queremos hablarte de unos de los principales aliados con los que, hoy en día, cuenta la gestión de residuos. Nos estamos refiriendo a los biomarcadores y en este artículo te explicaremos qué son, qué papel juegan en los procesos de gestión y reciclaje de residuos, especialmente, cuando se trata de aceites usados de cocina. ¡Comenzamos!
¿Qué son los biomarcadores?
Los biomarcadores son indicadores biológicos o químicos que permiten evaluar, monitorizar y analizar la presencia y/o la transformación de distintos compuestos en los residuos generados por la actividad humana antes de gestionarlos para su reciclaje y reuso.
Dicho de otra forma, los biomarcadores, que pueden ser sustancias, moléculas o metabolitos específicos, evidencian procesos de degradación y contaminación en los restos de residuos que se pretenden reciclar. Por eso, su aplicación en el sector ambiental es fundamental para garantizar una gestión eficiente y sostenible de los distintos tipos de residuos.
¿Qué papel juegan en la gestión de aceites usados de cocina?
En el caso de la gestión de aceites usados de cocina, los biomarcadores desempeñan un papel clave en varias etapas del proceso.
1.- Identificación de químicos
Permiten identificar la composición química del aceite residual para diferenciarlo de otros tipos de residuos oleosos. Esta identificación es esencial para determinar la viabilidad de su reciclaje y reutilización, ya sea en la producción de biodiésel, lubricantes ecológicos o productos químicos industriales.
2.- Detección de contaminantes
Además, los biomarcadores permiten detectar la presencia de contaminantes o adulterantes en los aceites usados. Algunos aceites pueden contener metales pesados, hidrocarburos aromáticos policíclicos o compuestos tóxicos derivados del sobrecalentamiento del aceite, lo que compromete su reutilización y exige tratamientos específicos para su eliminación. El análisis de los biomarcadores facilita la identificación de estos compuestos y ayuda a establecer protocolos adecuados de tratamiento y disposición.
3.- Control del proceso de reciclaje
Durante la conversión del aceite usado en biodiésel, por ejemplo, se monitorizan ciertos biomarcadores para evaluar la eficiencia de la transesterificación, el nivel de degradación de los ácidos grasos y la calidad final del biocombustible. De este modo, se garantiza que el producto resultante cumpla con las normativas de calidad y sostenibilidad vigentes.
4.- Trazabilidad de residuos
Desde una perspectiva normativa, los biomarcadores también contribuyen a evitar fraudes en la gestión de residuos de aceites. Mediante el uso de trazadores químicos específicos, se puede verificar el origen y destino del aceite usado, asegurando que no se viertan de manera ilegal en entornos naturales ni se mezclen con otros residuos que dificulten su reciclaje.
Por todo ello, los biomarcadores se han convertido en una herramienta de gran valor en la gestión de residuos, especialmente en el tratamiento de aceites usados de cocina.
Su capacidad para identificar, monitorizar y optimizar procesos contribuye a mejorar la eficiencia del reciclaje, a garantizar la calidad de los productos derivados y a reducir el impacto ambiental de estos residuos.
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