Cuando se habla de los efectos negativos de verter aceite de cocina usado por el fregadero, lo habitual es pensar en tuberías obstruidas, redes de alcantarillado averiadas o contaminación de ríos y mares con sus tremendas consecuencias para la flora y la fauna. Pero hay otro aspecto menos conocido y más preocupante: su relación directa e indirecta con el cambio climático.
De hecho, en muchos artículos de este blog ya te hemos contado todas esas consecuencias que arriba recordábamos. Pero, sin embargo, no nos habíamos detenido a realizar un análisis desde este enfoque. Y sí, el aceite usado de cocina mal gestionado no solo daña el agua y la infraestructura urbana, también contribuye al calentamiento global.
Puede parecer exagerado, pero cuando lo analizas desde una perspectiva ambiental más amplia, el vínculo es claro. Y para muestra, este listado de las principales formas en las que el vertido inadecuado de aceite usado de cocina contribuye al cambio climático.
Impacto del vertido de aceite usado en el cambio climático
1.- Degradación de ecosistemas acuáticos que absorben CO₂
Cuando el aceite llega a ríos o mares, forma una película superficial que impide la correcta oxigenación del agua. Esto afecta a la flora acuática, incluyendo algas y fitoplancton, que cumplen un papel esencial en la captura natural de dióxido de carbono (CO₂). Cuanto más debilitado esté ese ecosistema, menos capacidad tendrá el planeta para absorber gases de efecto invernadero.
2.- Generación de metano en entornos anaerobios
Cuando el aceite acaba en vertederos o suelos sin un tratamiento previo adecuado, se degrada en condiciones sin oxígeno. Este proceso favorece la emisión de metano (CH₄), un gas de efecto invernadero hasta 25 veces más potente que el CO₂. Lo que parece solo una “mancha grasienta” puede convertirse en un foco de emisiones altamente nocivas.
3.- Pérdida de oportunidad para producir biocombustibles sostenibles
El aceite usado puede transformarse en biodiésel, un combustible con menor huella de carbono que los combustibles fósiles. Cada litro que se vierte es un litro que se desaprovecha para generar energía limpia, forzando así una mayor dependencia de fuentes contaminantes que están agravando el temido cambio climático.
4.- Aumento de la carga energética en plantas de tratamiento
El aceite en las aguas residuales aumenta la complejidad del proceso de depuración, que requiere más energía y productos químicos para eliminar la grasa. Esto incrementa indirectamente las emisiones de CO₂ asociadas al tratamiento de aguas urbanas. Si tienes un negocio y viertes mucho aceite de forma inadecuada, con más motivo debes acudir a empresas como la nuestra que se encarga de la recogida de aceite usado de hostelería en Madrid.
5.- Contribución al colapso urbano y mayor uso de recursos
Las obstrucciones provocadas por el aceite obligan a actuaciones costosas e intensivas, como limpiezas de emergencia o sustituciones de tramos de alcantarillado, que también conllevan un gasto energético y material elevado, sumando más emisiones al ciclo.
Como ves, el vertido de aceite usado no es solo una mala práctica: impacta tanto de forma directa como indirecta en el cambio climático.
Gestionarlo correctamente a través de empresas como Reacus no solo protege los ríos y los mares, sino que también ayuda a reducir las emisiones globales. Por eso, reciclar el aceite de cocina no es una opción, sino una acción climática concreta al alcance de todos.